Prado de Fata    
 

Prado de Fata: Una Artista Española que Toma la Estética Zen

Las cualidades inherentes en el arte asiático, y particularmente en el arte del Budismo Zen, son difíciles de emular para un artista occidental sin sucumbir a estereotipos e imitaciones. Demasiado a menudo, artistas no asiáticos que estudian la pintura Sumi-e por ejemplo, terminan produciendo orientalismos de segunda clase que no hace ningún favor ni a el arte rigurosamente disciplinado que les ha servido de inspiración ni a su propia individualidad artística.

En el caso de la artista española Prado de Fata se hace realidad exactamente lo contrario. De Fata, aprendió dibujo, pintura, acuarela y grabado en Madrid, pero también incorpora estudios de Sumi-e, filosofía Zen, caligrafía japonesa y sus trabajos de raku, consigue una alta originalidad en la síntesis del espíritu Zen y la estética minimalista en su exposición “Cuando el grabado habla a la piedra” en la Galeria Jadite, NY, desde el 4 al 27 de Octubre.

Lejos de imitar el arte Zen del pasado, o apropiarse de sus manierismos más exóticos, De Fata filtra esa esencia a través de su propia sofisticada sensibilidad contemporánea. Aunque sus métodos, materiales y estilo son bastante diferentes de los de Tapies, De Fata tiene semejanzas con el renombrado artista español que también tiene influencias del Zen, aunque utilizando medios mas táctiles que los pintores “literari” de la Antigua China y Japón, en sus ásperas pinturas del “arte informal”.

Sin embargo, the raison d’etre de la obra es una piedra negra, pequeña y suave, con forma de pastilla, situada exactamente en la parte inferior izquierda de la composición, lo cual crea un punto focal tan picante como los acentos negros abstractos en los mejores trabajos de Joan Miro –otro pintor español que, aunque no debió de hacer ningún estudio deliberado del Zen, fue un maestro de la simplicidad.

Otro ejemplo del exquisito sentido especial de Prado de Fata puede apreciarse en Metamorfosis II, en el cual un atrevido rectángulo negro en la parte izquierda de la composición abre paso a un completo cosmos de minúsculos puntos negros desperdigados, aunados por otra pequeña piedra irregular en la parte inferior derecha del espacio de la obra. Otras técnicas mixtas como “El jardín Zen” y “Meditación” (este último incorpora una imagen transfer de un monje en la postura del loto) impresionan igualmente por el innovador uso de las técnicas del aguafuerte y aguatinta junto con collage de De Fata, con los cuales expresa su propia esencia espiritual en armonía con la naturaleza.

Mi encuentro con estas obras me hizo acordarme de un muy buen artista americano que conocí, que ya no vive, quien me confesó que, aunque respetaba la estética del arte Zen, no la entendía. Me encantaría que hubiera podido ver el trabajo de Prado de Fata, quien hace de esa estética la suya propia, haciéndonosla accesible.

Gallery & Studio
Maurice Taplinger
New York
September/October 2007